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¡A comer flores!

  • Foto del escritor: Yoloxóchitl
    Yoloxóchitl
  • 14 ago 2020
  • 4 Min. de lectura
"Las flores sólo ofrecen estética a un platillo, no aportan agentes sápidos ni nada más, considero que fue mala ejecución exponerlo de esa perspectiva en un concurso"

Eso fue la crítica que recibí junto a un compañero de la universidad durante un concurso gastronómico en el cual fuimos participantes. Admito que en su momento me sentí decepcionada, insuficiente, tonta.., simplemente por el hecho de minimizar mí esfuerzo tras explicar la importancia de la florifagia y exponer como podíamos incluir en recetas el sabor de la cempasuchil, lantana, izote, y la diferencia de sabores en cada una. Desde ahí entendí que todos somos de mentalidades totalmente diferentes; sin embargo resalta aquel que lucha por hacer notar lo diferente y todo aquello que le gusta. Hoy admiro esa crítica, porque a pesar de que en su momento me hizo sentir decepcionada, a su vez fue un impulso para dar a conocer todo esto que he estado adquiriendo con el tiempo.


Y entonces... ¿Qué es la florifagia?

Recordemos que científicamente se les reconoce a las flores como la estructura reproductiva y característica esencial de algunas plantas. Su función biológica es producir semillas para dar paso a una nueva generación de la planta, convirtiéndose así en un símbolo de un ciclo independiente. Históricamente sabemos que la flor a lo largo del tiempo a adquirido una importancia en diferentes culturas, ya sea por su uso ornamental o sus exóticos aromas. Aunque específicamente hoy quiero hablarles de algo más allá de la belleza floral que es más que clara, quiero contarles sobre sus aromas, texturas, propiedades medicinales y lo que pocos prestan atención de ellas: sus sabores.

La florifagia es cuando se implementan flores aptas para el consumo, dentro de la alimentación o dieta del ser humano. Actualmente existen más de 70 flores que pueden ser utilizadas para este fin. Según un estudio del Instituto Politécnico Nacional son entre 30 y 50 varidades las que se producen en México. Por mencionar algunas, como la flor de zumplantle o colorin que adorna los arboles del color rojo intenso de su flor en el mes de junio, que a su vez se usa en guisos, salsas o quesadillas; su sabor es refrescante y si se cocina de manera equivocada puede liberar un sabor amargo. La flor de cempasúchitl, que además de su uso tradicional como ornamento de ofrenda en noviembre, también es muy común en tisanas, como aromatizante de postres y para aportar un sabor semi-ácido y herbal a las quesadillas; su textura es suave e interesante. En el caso de la flor de cacaloxóchitl, en la época prehispánica se empleaba para aromatizar atoles o tamales a manera de ofrenda a los dioses; hoy día a pesar de los cambios en creencias religiosas, se mantienen con vida algunas recetas tradicionales. En cuanto a la flor de sábila, que destaca

por sus beneficios inmunológicos y digestivos; se prepara generalmente en tisana para aprovechar sus propiedades medicinales o bien, en guisos emblemáticos de ciertas regiones.

La favorita de México y su cocina es la flor de calabaza, la cual es protagonista en quesadillas, platos fuertes y hasta sopas, la cual sus pétalos regalan una experiencia en texturas y sabores al comensal. Y no olvidemos la flor de Jamaica, que es el sabor mas emblemático de nuestro país dentro de sus aguas frescas, aunque a su vez se emplea para dar sabores cítricos y dulces a adobos muy mexicanos.


Cada flor tiene cualidades completamente diferentes y es trabajo de la mano de quien cocina aprovechar estas mismas en platillos para crear experiencias sensoriales. La flor tiene un potencial dentro de nuestra gastronomía, no solo es para hacer ver bonito a un platillo, tampoco solo se admira, también se cocina y se degusta.

A continuación les dejo dos recetas con flores, para que puedan hacer la prueba en sus casas, no tengan miedo de probar cosas nuevas, nuestro gusto tiene que estar abierto a nuevas sensaciones y experiencias, las flores nos regalan un mundo lleno de posibilidades desde la punta de nuestra lengua. ¡Comamos flores!


¡A COMER FLORES!


Ceviche de flores


Ingredientes

♥ 2 Xoconostles

♥ Jugo de limón al gusto

♥ Flor de colorin o zumpantle

♥ Flor de izote

♥ Flor de pensamientos

♥ Flor de sabila

♥ 2 Jitomates

♥ 1 Aguacate

♥Cilantro

♥ 1/2 cebolla morada

♥ 150 gr de chapulines

♥ Sal y pimienta al gusto

♥ Agua


Procedimiento:

  1. Retirar los pistilos de las flores para evitar el sabor amargo

  2. Hervir un poco de agua. Una vez hirviendo y caliente, sumergir las flores por 15 segundos, posteriormente dejar reposar en agua fría, escurrir y reservar.

  3. Licuar los xoconostles con el jugo de limón, rectificar sazón con sal y pimienta. Reservar.

  4. Cortar el jitomate, cebolla yaguacate en cubos, incoorporar en un refractario y cortar el cilantro para posteriormente incoorporarlo.

  5. Agregas la flores, los chapulines y la mezcla del xoconostle al refractario. Mezclar bien.

  6. Se puede comer acompañado de galletitas saladas.




Memelas de flor de mayo



Ingredientes

♥ 15 a 20 botones de flor de mayo

♥ Masa de maíz

♥ 3 chiles guajillo

♥ 1 jitomates

♥ 1 dientes de ajo

♥ 1/4 de cebolla

♥ Orégano y sal al gusto




Procedimiento:

  1. Cortar las flores finamente.

  2. Tatemar el jitomate, cebolla, ajo y los chiles guajillo.

  3. En un molcajete incoorporar los ingredientes anteriores para hasta lograr una salsa. Rectificar sazón con sal y oregano.

  4. Con la masa de maíz, porcionar en bolitas y con la ayuda de una prenza aplastar lijeramente la tortilla y pasar a un comal hasta lograr que se cosa por los dos lados.

  5. Servir la tortilla con una buena porción de salsa y a disfrutar

  6. Puede decorar con flores frescas extras.



Raspado de flor de izote


Ingredientes

♥ 1 puño de hojas de flor de Izote

♥ 2 guayabas

♥ 300 ml de Agua

♥ 150 ml Miel de agave al gusto

♥ Hielo







Procedimiento:

  1. Cortar las guayabas en rodajas y reservar.

  2. Hervir el agua, retirar del fuego y agregar las flores de izote por 3 minutos y retirar.

  3. Licuar la infusión de las flores con las guayabas y endulzar al gusto con miel de agave.

  4. Colar la mezcla anterior y reservar.

  5. Picar hielo al gusto y servir con el jarabe anterior.

  6. ¡Puedes decorar con azúcar de izote! Solo licuas un poco de azúcar y pétalos de izote hasta que queden pulverizadas a la par.


Cualquier duda sobre las recetas ¡Contactanos! Igual nos gustaría conocer su experiencia con el acercamiento a la florifagia.

 
 
 

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